Me parece un artículo muy interesante sobre el que reflexionar este fin de semana. ¿En nuestro día a día estamos tensos o intensos? Y esto es lo que nos comenta Carlos.
«Recuerda una situación en la cual estuviste tenso …
No es especialmente agradable ¿no? Posiblemente has evocado sensaciones como la respiración contenida, rigidez, temor, poco margen de maniobra y pensamientos sobre resultados negativos.
Es cierto que, por otra parte, la tensión puede también tener asociado el estar alerta, el estar preparado … la posibilidad de una respuesta rápida. La tensión tiene su utilidad. El problema son los costes incluidos.
La intensidad te da mayor margen de actuación a un coste menor que la tensión. Cuando te sientes “intenso” estás enfocado, tienes claro tu objetivo, estás presente en la tarea que realizas y deseoso, e incluso en la esperanza, de un resultado positivo.
Y esta puede ser la clave de la distinción entre tenso e intenso, tu percepción del resultado.
Cuando estás tenso tus expectativas se centran en un posible resultado negativo. En las consecuencias. Tras el esfuerzo prevés el castigo y la culpa.
Cuando estás en la intensidad tus expectativas están en crear un resultado positivo. En las oportunidades. Una recompensa a tus esfuerzos
Por supuesto, puedes obtener un resultado positivo tras un esfuerzo en tensión y uno negativo a pesar de haberlo realizado desde la intensidad, pero el viaje ha tenido un coste muy diferente.
La tensión te intimida. La intensidad te inspira.
Clave de Coaching: ¿Ayudas a quienes te rodean a sentir que lo que hacen merece intensidad o simplemente haces que se sientan tensos?
Traducido y distribuido por:
Carlos Martínez – COACH, miembro de la ICF»
Me ha encantado este articulo, Pilar, me ha encantado…. y últimamente creo que vivo «¿tensa?» o «¿con miedos?»…. o ¿»con dudas?»….. quiero volver a fluir….
¡¡¡Fuera la TENSIÓN!!!! ¡¡¡Viva la INTENSIDAD!!!