Es el verano o mejor dicho las vacaciones, un buen momento para desconectar del día a día cotidiano, de la rutina, las prisas y el estrés, y además es el mejor momento para conectarse con uno mismo, con nuestra sensibilidad, nuestro cuerpo y nuestra mente.
Hay que aprovechar esta ocasión, para en muchas ocasiones, replantearnos nuestra vida ¿estamos sino ya contentos sí al menos satisfechos con lo que hacemos en nuestro día a día, con nuestra familia, mujer, marido, hijos, nuestro trabajo, nuestras amistades, nuestra forma de actuar ante determinadas situaciones? ¿nos amamos? Sí esta es la pregunta, si realmente nos amamos, pues sí tenemos en cuenta el artículo citado más abajo, que me ha enviado mi amiga y compañera de Ikebana Cristina Paredes, esta maravilla, publicada por Charles Chaplin allá por 1931, y que quiero compartir con vosotros por la forma tan sencilla que tiene de definir unos valores tan necesarios en los momentos actuales, y realmente es así, todo empieza cuando somos capaces de amarnos de verdad a nosotros mismos, porque a partir de ahí podremos ser capaces de amar a los demás y también todo lo que hacemos. Y esta posiblemente sea la mejor decisión que podemos tomar este verano, la de empezar a amarnos de verdad.
Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta, y en el momento exacto. Y, entonces, pude relajarme. Eso es… Autoestima.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional no es sino una señal de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… Autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Eso se llama… Madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es ofensivo tratar de forzar alguna situación o persona sólo para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona no está preparada… inclusive yo mismo. Hoy sé que el nombre de eso és… Respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable … Personas, situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. De inicio, mi razón llamó a esa actitud egoísmo. Hoy sé que se llama… Amor Propio.
Cuando me amé de verdad, dejé de temer tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los Mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… Simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas veces menos. Hoy descubrí la… Humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme con el Futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… Plenitud.
Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mí corazón, ella tiene una gran y valiosa aliada. Todo eso es…. SABER VIVIR !
“No debemos tener miedo de confrontarnos… …Hasta los planetas chocan … y del caos nacen las estrellas.”
«Cuando me amé de verdad «
Charles Chaplin, 1931
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