Cuántas cosas hay en el día a día, que sin darnos cuenta nos producen malestar. Es un malestar flojo, suave, del que ni siquiera nos damos cuenta, pero según va pasando el día se van acumulando más cositas, y vamos sintiendo más malestar, pero sigue siendo tan sutil que apenas nos damos cuenta , y de repente pluff saltamos llenos de furia y en ocasiones con quien menos culpa tiene y en otras ocasiones estamos todo el día con un malestar incomodo, difícil de describir, pero en resumidas cuentas no nos sentimos bien, estamos podríamos decir “como rabiosos o con esa molestia de rozadura continua de zapato”, y aquí empieza nuestro trabajo, si queremos cambiar ese malestar y es empezar a darnos cuenta, de que cositas hay que por muy sutiles que sean, nos están incomodando. Os hago mi relación de este momento, por si os dan pistas, pero seguro que cada uno tiene las suyas.
1. Encontrarme con la mesa más desordenada de lo que me gustaría y tardar más de 2 minutos en encontrar ese documento tan importante que tengo que llevar a la reunión.
2. Tener un montón de bolis y cuando vas a coger uno, ya está seco y sigues probando y la mitad o más ya se han secado…
3. Ponerme esa camisa que me compre con tanta ilusión y comprobar que me sigue quedando estrecha, que no he adelgazado y quizás cuando lo haga ya esa camisa este pasada de moda.
4. Tener el trastero lleno de cosas (libros, muebles, ropa, zapatos) para un “por si acaso”, pero saber en el fondo que nunca utilizare casi nada de lo que hay allí.
5. Gastar tanto tiempo con los correos basura, que bueno alguno puede ser interesante pero hay tantos que no.
6. Tener ese montón de artículos de revistas y periódicos para leer cuando tenga un rato y es posible que nunca lo tenga y que si lo tengo lo dedique a otra cosa.
Todas estas cositas nos van consumiendo energía y produciendo el malestar del que os hablaba al principio y para evitarlo, lo que hay que hacer es tomar una decisión con cada una de las “ligeras” molestias que nos agobian el día a día.
Yo acabo de decidir qué hacer con la 1, 2, 3, 5,6 pues según lo escribía era más consciente todavía del malestar y ahora al haber decidido eliminarlo me siento más relajada y satisfecha. Sé que me queda la 4 pero ya estoy en marcha. Y es posible que en los ratillos libres de espera siga pensando en que más cositas me molestan.
Me doy cuenta de que todo es empezar con la intención de hacer más cómoda y sencilla la vida.
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